Con la creación de nuevos cardenales desde el 30 de setiembre próximo serán 90 los países representados en toda la Iglesia católica; disminuyen los cardenales europeos y aumentan los africanos, que serán ahora 26 en lugar de los 13 que había hace diez años. La intención del Papa es hacer más representativa “la universalidad de la Iglesia”.
Uno de los propósitos de Bergoglio ha sido avanzar hacia una “iglesia sinodal”. Quiere decir que el Papa imagina una iglesia realmente más participativa; así lo constanta, entre otras cosas, la creación de los nuevos cardenales en los nueve consistorios convocados desde 2014 hasta la fecha. Durante el consistorio del 30 de septiembre de 2023 creará 21 nuevos cardenales, entre ellos 3 argentinos, tres españoles, un colombiano y un venezolano; ningún nuevo cardenal alemán.
Pero hay muchas otras acciones de sinodalidad: “pastores (obispos) con olor a ovejas”, la internacionalización de la curia romana, la centralidad de los pobres y los marginados en la preocupación de la Iglesia, la prédica de las “tres T” (techo, tierra y trabajo), la colaboración con los movimientos sociales y la calificación de sus dirigentes como “poetas sociales”, la revisión de las finanzas vaticanas y la lucha contra la corrupción en la Iglesia, el reconocimiento de la culpa por los delitos de pedofilia de miembros de la Iglesia y la sanción de quienes cometieron tales atrocidades, la incorporación de las mujeres en puestos de decisión en el Vaticano, la nueva mirada pastoral hacia la homosexualidad, la insistencia en el ecumenismo y el acercamiento a las grandes religiones tradicionales en búsqueda de alianzas al servicio de la paz en el mundo.
Datos resumidos del periódico El Mundo, por Gerardo Vanegas